Jayr al-Din, el nombre de este corsario recordado por el color de su famosa barba, hostigó hace cinco siglos el litoral del antiguo Reino de Valencia bajo la bandera de la Regencia de Argel y amparado por el Imperio Turco.
El emperador turco, Suleiman I, buscaba debilitar el reino cristiano de Carlos I de España y V de Alemania para obligarle a dispersar sus fuerzas y facilitar la expansión otomana en el Mediterráneo oriental, ha relatado a Efe el historiador del Museo Arqueológico Provincial de Alicante (MARQ) José Luis Menéndez Fueyo.
En este contexto, los hermanos Barbarroja, primero Baba Aruj, pero fundamentalmente el más pequeño, Jayr al-Din, enviaban periódicamente flotas corsarias a través de estas pequeñas y efectivas fustas o galeotas.
Y estas incursiones se traducían en la diezma de cultivos de la España cristiana, la toma de cautivos para rescates o para esclavizarlos en las galeras y, a menudo, en la huida de moriscos a la otra ribera mediterránea, según el catedrático de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Alicante Luis Fernando Bernabé.
Las huellas del pirata
Barbarroja nunca llegó a pisar territorio peninsular, sino que enviaba a sus principales lugartenientes o protegidos, los más conocidos 'Cachidiablo' o 'Cacciadiavolo', 'Dragut' y 'Salah Rais' que, por este orden, protagonizaron numerosos ataques cuyas referencias históricas, ha aclarado el catedrático de Historia Moderna Cayetano Mas, a menudo se han perdido con el paso de los siglos.
Las periódicas incursiones provocaban la psicosis en la población y empujaron a la construcción de diversos sistemas defensivos, según Menéndez Fueyo, autor de un enciclopédico volumen titulado 'Conquistar el miedo, dominar la costa', donde se incluyen unas crónicas del clérigo benedictino de la época Fray Prudencio de Sandoval en las que se refleja que en 1518 Cachidiablo asoló la costa desde Badalona hasta Alicante.
«... establecido en Argel, envió al corsario Cachidiablo para que corriese la costa de España con 17 fustas o galeotas. Llegó a la costa de Valencia y robó a Chilches sin resistencia alguna, y luego a Badalona. Tomó también dos naves de trigo» que se dirigían a Alicante.
A continuación y tras atacar Benissa, Altea y Villajoyosa, Cachidiablo «peleó junto a Alicante con el galeón de Machín de Rentería, más lo pudiendo coger, por tener viento fresco en popa, se volvió a Argel...».
Provistos de remos y velas, las fustas o galeotas eran los barcos favoritos de los corsarios norteafricanos al ser ideales para las favorables corrientes de viento entre Alicante y Argel u Orán, lo que posibilitaba un recorrido en unos tres días.
La ciudad de Alicante nunca llegó a ser atacada directamente y sí su entorno, especialmente la zona de la huerta a través de desembarcos en la Playa de San Juan y de la Albufereta.
En 1533, Barbarroja fue nombrado almirante en jefe de la flota otomana y simultaneó su estancia en Argel y Estambul, y cinco años después su flota derrotó a la de Carlos V en la batalla de Préveza.
Según el colectivo 'Alicante Vivo', el 17 de marzo de 1540 hubo una incursión coincidiendo con la romería a la Santa Faz para capturar prisioneros, lo mismo que el 24 de marzo de 1550 por parte de Dragut.
Al frente de 27 barcos, este corsario arrasó muchos de los cultivos y acabó con la vida de un buen número de alicantinos que les hicieron frente desde la capital, como su entonces alcalde, Pedro Bendicho, y capturó trece prisioneros.
Siete años después, el 8 de septiembre de 1557, otro colaborador del ya fallecido Babarroja, Salah Rais, atracó con 14 galeras en la playa de la Albufereta y ascendió hasta el Tossal de Manises, desde donde fue a la huerta y mataron a decenas de personas, uno de ellos el fiscal (encargado de las leyes) Juan Antón, antes de huir por mar.
Se cumplen 5 siglos desde que el célebre corsario atacó las costas de Alicante
ANTONIO MARTIN. - EFE ALICANTE - Domingo, 6 mayo 2018, 10:56
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