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Esta es una de las primeras entradas dedicadas al Convento de Agres sobre el cual realicé mi Trabajo Final de Master. Se trata de un proyecto concreto de recomposición virtual de la imaginería que encontramos en unos paneles cerámicos de este convento. Sin embargo, en esta primera entrada realizaré una introducción sobre la población de Agres y las características propias de su Convento.
La población de Agres se encuentra a los pies de la Sierra de Mariola, en su vertiente norte. Desde hace siglos, los distintos asentamientos de población se han esparcido por esta zona, conocida como “la Valleta d’Agres”, ya en época íbera y romana.
Pese a que el núcleo primigenio de población, formado por una pequeña atalaya y cinco casas, se remonta a época musulmana, no tendremos documentada su existencia hasta 1256, cuando Jaime I, en su “Carta Puebla” entrega estos bienes a distintos nobles que poblarán la zona.
Será en 1484 cuando un suceso milagroso cambie el devenir histórico de esa pequeña población. Serán varias las fuentes que nos hablen de este suceso.
Según la tradición, en la noche del 31 de agosto al 1 de septiembre de 1484 se produjo un gran incendio en la iglesia parroquial de la Virgen en Alicante. Según Arturo Llin Cháfer[1]:
“la tradición cuenta que el último día de agosto de 1484, después de haber acompañado a la Eucaristía para que un enfermo recibiese el Viático[2] los cofrades del Santísimo Sacramento dejaron una luz encendida en la parroquia de Santa María de Alicante que prendió fuego, incendiándose todo el templo”
En esta iglesia se conservaba una pequeña estatua de la Virgen, tallada en madera, de origen medieval.
Al parecer, la imagen de la Virgen pudo sobrevivir al incendio y fue salvada por unos ángeles que la llevaron volando fuera del lugar, tal y como narra el deán Don Vicente Bendicho[3] en 1640:
“La misma imagen de la Virgen, que estaba en el altar mayor, salió ilesa. Porque los de las naves, que dieron aviso y algunos que primero llegaron, vieron sobre el techo de la Iglesia, antes de desplomarse, un gran globo de luz o resplandor, que les consolaba, diferente al que causaban las llamas que salían por las ventanas y claraboyas, la cual luz y globo resplandeciente, se ausentó de allí y la vieron detenida un gran espacio de tiempo sobre lo más alto de las torres y homenajes del castillo; algunos dicen que aquesta luz fue la que causaba la Santísima Virgen que había en el altar mayor al tiempo del incendio, que por ordenación divina se salió libre y se puso encima del tejado de la Iglesia y de allí después encima del castillo; y que es la imagen de Nuestra Señora que está en el convento de la villa de Agres en el alto monte”
Estatua de la Virgen de Agres
Al día siguiente, un pastor llamado Gaspar Tomás, manco de un brazo, llevando su ganado por las cercanías del castillo de Agres se vio sorprendido por la presencia de la talla románica de la Virgen que sostiene al Niño en brazos, situada en la copa de un almezo. Para que el pastor, conocido en el pueblo, pudiese anunciar la presencia de la imagen de la Virgen con seguridad, ésta le restituyó el brazo que el faltaba. Así pues, el pueblo de Agres, acompañando a las autoridades civiles y eclesiásticas, subió al castillo de Agres para bajar la imagen en procesión hasta la iglesia parroquial del pueblo. Sin embargo, al día siguiente, la imagen volvió a aparecer en el mismo lugar donde la había encontrado el pastor. Así pues, viendo que éste era el lugar donde la Virgen quería ser venerada, se construyó una pequeña ermita para poder cobijar la estatua de la Virgen.
Representación del incendio de Santa María en Alicante
Este suceso milagroso fue extendiéndose por toda la región, llegando a convertirse en un importante centro de peregrinaje. Los peregrinos portaban consigo un gran número de exvotos y donaciones. Gracias a esto, se decidió posteriormente entregar la custodia a la Orden de San Francisco de Asís. De esta forma, se aseguraría el cuidado de la imagen, así como la atención y necesidades religiosas de los visitantes.
El 16 de enero de 1578, el Padre Jerónimo Vidal, Guardián del Convento de Bocairente, toma posesión de la ermita. Pronto se ampliará, edificándose una modesta iglesia de planta basilical y estilo renacentista, muy austero, siguiendo los dictados de la Orden Franciscana. Además, se construyó un convento para albergar a los religiosos y una hospedería, ésta realizada a mediados del siglo XVII.
Poco a poco, la fama de la imagen fue en aumento. Por ello, se mandó realizar, hacia los años 80 del siglo XVIII, un gran zócalo cerámico. Siguiendo la moda y el gusto por la cerámica valenciana, se aprovechó para alegrar las paredes del Convento con un sinfín de escenas coloristas que siguen perfectamente el estilo propio de su época. Esta obra, a caballo entre el barroco y el neoclasicismo, describe los numerosos acontecimientos milagrosos que acontecieron gracias a la intercesión de la Virgen.
Esta “historia” narrada en imágenes ayudaría a la comprensión por parte del pueblo llano de la importancia del descubrimiento de la imagen y de los distintos milagros que se sucedieron. A la conclusión que se pretende llegar es que, la obra cerámica aquí expuesta sirve como un método de propaganda del propio convento, así como de la villa de Agres, y su proyección hacia el exterior, motivando aún más si cabe el mayor reconocimiento de su importancia como lugar de peregrinación.
Notas
[1] LLIN CHÁFER, Arturo, La Mare de Déu d’Agres y su Santuario. Agres: Santuario de la Mare de Déu, 2001
[2] El Viático es la Eucaristía recibida por quienes están por dejar esta vida terrena y se preparan para el paso a la vida eterna. Recibida en el momento del transito de este mundo al Padre, la Comunión del Cuerpo y de la Sangre de Cristo muerto y resucitado, es semilla de vida eterna y poder de resurrección” Pertenece a los Sacramentos de Curación, concretamente al de Unción de los Enfermos. SANTA SEDE VATICANA. Catecismo de la Iglesia Católica. Compendio [en línea] Librería Editrice Vaticana, 2005. Disponible en Web: <http://www.vatican.va/archive/compendium> [Consulta: 12 de julio de 2011]
[3] BENDICHO, VICENTE. “Crónica de la ciudad de Alicante, en que se describen los sucesos que en ella acontecieron hasta el año 1640” En: LLIN CHÁFER, ARTURO, La mare de Déu d’Agres y su Santuario, Agres: Santuario de la Mare de Déu, 2001
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